Llevaba tiempo queriendo leer algo en su versión original inglesa ahora que mi dominio del idioma ha mejorado tanto. Y especialmente desde que terminé el curso pasado (desde que terminé las clases de inglés y decidí prescindir del lujo que supone un curso mas), quería hacer algo para no anquilosar el nivel ya adquirido. Está bien que hablo con Carlos cada día en inglés, que de vez en cuando vemos series o películas en versión original, que tengo unos 50 amigos en facebook de habla inglesa a los que les leo en su idioma, sigo el blog de Roxy, también en inglés, envío algún que otro mail en inglés, y un largo etcétera. Pero me apetecía leer algo, una novela, o historia, por puro placer.
Tengo Sidharta a mitad, esperando que lo termine de leer. El problema es que lo empecé hace cosa de 3 años, lo pillé con gusto, pero en algún momento entre exámenes de una carrera y trabajos de la otra, lo aparqué a la espera de tiempos menos revueltos. Y como me suele ocurrir con tantos libros, cuando me apetece retomarlo, ya hace tanto tiempo que no me acuerdo de lo leído, y empezarlo de nuevo me da una pereza terrible. Y ahí está, esperando.
Roald Dahl siempre me gustó. De pequeña leí varias de sus historias, en castellano o catalán, por supuesto, y pensé que era una opción para introducir la patita en la lectura inglesa. Ya se que Roald Dahl escribe para niños, y que una ya está un poco grandecita para estas cosas, pero imaginé que por lo menos así no pasaría mas tiempo mirando el diccionario que el libro en sí como me pasó en los inicios de Sidharta. Por otra parte, lo que mas recuerdo de Roald Dahl no son sus novelas infantiles, si no sus autobiografías: «Boy, relatos de infancia» y «Volando solo», sobre su período escolar y en el ejército respectivamente. Y si bien es cierto que su forma de escribir es sencilla y amena (cosa que me viene de perlas), no era en éstos libros necesariamente infantil.
En el viaje por semana santa que hicimos a Houston el año pasado, pasamos por una enorme librería (por si hacía falta recordarlo: everything’s bigger in Texas) entre cuyos ejemplares vendían también de segunda mano y encontré un par de libros de relatos de Roal Dahl por apenas un par de dólares cada uno ¿Cómo resistirse?
La edad recomendada, amigos, es importante, y la subestimé. Tampoco hay que subestimar el dominio del lenguaje que tienen los menores de 12 años. Ésto es, que no solo me aburrí con alguno de los cuentos infantiles, si no que no me libré de tener que consultar en el diccionario un buen puñado de palabras para poder seguir el hilo. Menos mal, eso si, que siendo uno de los libros una recopilación de siete relatos, afortunadamente algunos de ellos eran mas aptos para adultos que otros, y a decir verdad el libro amenizó de forma muy efectiva mi vuelo de vuelta a Barcelona (que además hice sola), y me ofreció muchos buenos ratos posteriores, especialmente el relato titulado «The Wonderful Story of Henry Sugar».
Por otra parte, en mi tierna infancia adoradora de éste escritor, y especialmente al leer la biografía de su infancia y descubrir su aparente poco interés por la escritura, no podía dejar de pensar cómo aquel chico terminó siendo el conocido escritor que es. La biografía de su juventud en el ejército tampoco me aclaró dudas. A los 20 y largos años parecía seguir sin tener interés alguno en la escritura. Imaginaos mi alegría al descubrir que entre los relatos del libro se encontraba uno titulado: «Lucky Break. How I became a writer» ¡Y no me decepcionó! Es una de esas historias cuya moraleja puede variar tanto según el lector, porque quién sabe si por suerte, por saber aprovechar una oportunidad, por tener un don natural que tarde o temprano hubiera salido, o por destino divino, nuestro amigo Roald ilustró parte de nuestra infancia con su imaginación gracias a una entrevista con un periodista.
Y al igual que años atrás quería saber como se convirtió en escritor porque yo misma quería ser una. Ahora mas que en la escritura pienso, en general, donde estará mi lugar, y cual será esa fortuita oportunidad que pueda encaminar mi ahora tremendamente incierto futuro ¡Mantendremos los ojos abiertos! Y ya que están abiertos, aprovecharé y leeré un buen libro, ya veremos cuál :)