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Había una vez

09 Ene

… una chica corriente, algo tímida, nacida en Barcelona, en el seno de una familia trabajadora corriente.

La chica fue a un colegio público corriente y a un instituto público corriente. No le gustaba hacer gimnasia en el colegio y se le daba fatal la química, pero por lo demás, sacaba buenas notas en todo. Se le daba especialmente bien dibujar, y escribir, pero tampoco las matemáticas o las ciencias se le daban mal, incluso química la aprobaba. Nunca fue la mejor, pero a decir verdad tampoco lo intentó. La competitividad jamás le gustó.

Llegado el momento, tuvo la oportunidad de ir a la universidad. Sus padres no tuvieron esa oportunidad. Y mucho menos sus abuelos. Fue una decisión importante. ¿Qué estudiar? ¿Qué escoger entre tantas posibilidades? ¿Qué descartar? Al final, y a pesar de que sabía que socialmente no iba a ser especialmente respetada, escogió estudiar Bellas Artes. Las artes eran lo que mas le hacían disfrutar, también como consumidora, pero especialmente como partícipe. Y se le daba bien, así que ¿por qué no?

El primer año fue bien. Algo frustrante, como después comprendió que son todas las carreras, pero bien. Incluso le sobraba mucho tiempo por las tardes. Tiempo que decidió emplear a partir del año siguiente en ampliar su formación. Al fin y al cabo, la formación es lo mas importante. Miro mil ciclos formativos interesantes, pero al final pensó ¿qué mejor que otra carrera? Y empezó a estudiar Psicología. Siempre le gustó esa idea. No se veía capacitada para ejercer y por eso la había descartado la primera vez, pero para eso esta la carrera, para aprender.

Ese año fue muy duro, sobretodo por que al exhaustante intensivo universitario se le añadieron situaciones personales que ahora no vienen al caso. También fueron duros los 3 años siguientes en que fue estudiando paralelamente las dos carreras. No sacó las mejores notas, pero aprendió y disfrutó tanto como pudo. Terminó Bellas Artes. Su madre se quedó en paro. Terminó Psicología. Y también su padre se quedó en paro, como 6 millones de españoles.

Dado que había empleado los últimos 6 años de su vida en estudiar en la universidad a tiempo completo, su experiencia laboral se limitaba al típico precariado juvenil veraniego. Pero ahora tenía dos carreras, todo debería ser mas fácil, en teoría. Pero no solo resulta que el paro de gente de su edad se sitúa en el 57%, si no que nadie contrata a un licenciado en Psicología sin tener un master. Tampoco nadie contrata a un licenciado en Bellas Artes, por supuesto, a menos que tenga el master de profesorado, por ejemplo (y ni así).

Por supuesto, los masters son muy caros, y hay que trabajar. No hace falta trabajar de algo que haya estudiado, cualquier empleo en el sector servicios vale, pero a la falta de experiencia laboral se le suma estar mas cualificada que el jefe que (no) le va a contratar.

Ésta es solo una historia corriente. No hace falta ser un genio para deducir que estoy hablando de mi, pero como yo somos muchos los que con el esfuerzo de nuestros padres y el propio decidimos estudiar, y al salir de la facultad nos encontramos con un panorama desolador. Siempre hay una opción para el licenciado: la emigración. Una opción que, por otra parte, duele como ninguna. Porque si nos vamos, es porque nos echan.

Quizás lo peor es que yo, como muchos, no estamos buscando un trabajo muy bien pagado, con responsabilidades y posibilidades de promoción. Buscamos un trabajo normal, que a ser posible no corroa el alma, donde ganar dinero para vivir. Alquilar un pisito con la pareja, comer bien, formar una familia algún día. Pero hasta el mas modesto de los sueños parece una desproporcionada y ambiciosa utopía. «Es que no piensas a lo grande» dicen algunos «te mereces algo mas» aseguran. Y en algún lugar alguien se carcajea porque osamos hablar de justicia, se carcajea porque osamos soñar con una vida normal.

 
4 comentarios

Publicado por en 9 enero, 2013 en txt

 

4 Respuestas a “Había una vez

  1. Alex

    10 enero, 2013 at 8:50

    Qué razón tienes…. mi caso es parecido y la emigración lleva dando vueltas en mi cabeza mucho tiempo. Podemos hacer como las aves: dar vueltas por el mundo hasta que un lugar tenga un «clima» agradable.

    Suerte en lo que sea que termines haciendo! :)

    youtube to mp3

     
  2. Aida

    10 enero, 2013 at 16:39

    Hola Alex! No es fácil la situación, desde luego.
    Algo dicen de la emigración, sin embargo, que no contemplamos todos, y es que la parte difícil es irse ¡siempre es fácil volver! Dicen, dicen, porque una vez uno encuentra un clima agradable, a ver quien es el listo que vuelve a levantar el vuelo para volver al frío…
    Muchas gracias y mucha suerte a ti también :)

     
  3. Leyla

    20 enero, 2013 at 21:13

    Hola Aida,
    El problema está en estudiar algo que te gusta y no algo con futuro, la universidad sirve para encontrar trabajo no para aprender sobre lo que te gusta, eso ya lo haras cuando tengas trabajo… y eso es lo que pienso. Si hubieras estudiado una ingenieria o economicas/ade seguro que tendrias más opciones a encontrar empleo, porque a mi me funciona :)

    Saludos

     
  4. Aida

    20 enero, 2013 at 22:32

    Hola Leyla.
    Me parece un error tremendo lo que estás diciendo. La universidad está para APRENDER. Y emplear no se cuantos años estudiando algo que no te gusta, para asegurarte trabajo de algo que no te gusta, y en definitiva estarte toda tu vida haciendo algo que no te gusta… que quieres que te diga, no me parece que merezca la pena. Así encontramos luego médicos sin vocación, o abogados que no les importa la justicia, porque estudiaron lo que estudiaron porque era algo que daba dinero.
    Además de que, siendo realistas, no hay trabajo ni de lo mío ni de casi nada. Y de lo que había trabajo cuando empecé la universidad no es lo mismo de lo que hay trabajo ahora, si no pregúntale a cualquier arquitecto, por poner el ejemplo mas claro.
    Gracias por comentar.

     

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