Todo el mundo habla de lo mismo

O quizás sea yo que no me interesa otra cosa. Pero la acampada del 15M, el intento de desalojo del 27, y el cambio social está en boca de todos los ciudadanos del Estado y de todo el mundo.

Se oye mucho que: «A tal le zurraron» (vídeo del testimonio) – «Yo estuve ahí» – «¿Viste esas imágenes?» (testimonio del compañero en silla de ruedas) – «¿Oíste las declaraciones?» – «Los antidisturbios no iban correctamente identificados, eso es ilegal» – «Hay un chaval que está siendo operado por una hemorragia pulmonar» – «Hay otro que no saben si recuperará la audición». Y mucho mas del tipo: «Esto es indignante» – «Hay que hacer algo» – «Esto hay que cambiarlo» – «Esto no puede acabar aquí» – «¿Crees que vamos a conseguir algo?»

Y de hecho no entiendo a la gente que se desinteresa del tema, simplemente no lo entiendo. Claro que puedes estar mas o menos implicado, y tener otras preocupaciones que ocupen tu tiempo. Pero encuentro una gran cantidad de gente que dice esas cosas de «¿Pero qué piden los jóvenes?» – «Es que solo se quejan» – «Es que no proponen nada», y cuando les preguntas si se han pasado por ahí, la clara y única respuesta es «No» o como mucho un «Bueno, pasé por el centro y lo vi de lejos». Y si vas y te metes te das cuenta que ni todos son jóvenes, ni hippies, ni solo se quejan, y que están ahí currando por todos nosotros construyendo el modelo de sociedad que queremos, y proponiendo vías de actuación actuales y futuras, según lo que todos y cada uno de los que se han dignado en pasarse y dar su opinión han dicho y se ha consensuado. Creo que ésto ya lo dije en la entrada anterior.

Entiendo que desde una posición (muy) acomodada no interese que esto siga creciendo, claro. Lo que no entiendo es que ciudadanos convencionales lo ignoren sin mas o, aun sintiendo curiosidad, se prefieran informar por los medios convencionales en lugar de bajar a la plaza y verlo (y vivirlo) en primera persona. Exceptuando los casos en que las distancias sean insalvables o algo por el estilo. No entiendo como gente trabajadora que está igual de puteada que todos nosotros no lo apoye ¿es que no se están dando cuenta de que si no lo arreglamos no te vas a poder jubilar en tu vida? ¿y que no podrás pagarte la seguridad social porque dejará de ser pública? ¿y que la educación de tus hijos (y tus nietos) será mas cara y de peor calidad, y están vendiendo las universidades al sector privado? ¿que clase de investigaciones se financiarán cuando la universidad esté bajo el mando de multinacionales sin escrúpulos?

Llevaba unos días concentrada en los exámenes y a la fuerza me había tenido que desconectar de la acampada. La verdad es que te empiezan a llegar noticias por los medios convencionales y parece que aquello sea cada día mas pequeño y descontrolado, y deprime. Pero me fui a dar una vuelta y vi que todo seguía ahí mas grande y organizado, que no paraban de trabajar, y volví a llenarme de ilusión. Además, mañana me tomé el día libre y asistí a la macro-asamblea de la comisión de educación. La verdad es que fue muy reconfortante. Un poco aburrido, si, no lo negaré. Pero con mucha gente (padres, profesores y alumnos tanto de colegios, institutos y universidades), muchas ideas, mucha ilusión y muchas ganas de hacer cosas. Me animó muchísimo.

El 27 y posteriores días fueron de emociones muy intensas. Lloré mucho (como tantos otros) al ver como nos pisoteaba. Pero sonreí después cuando nos volvimos a levantar con mas fuerza al poco rato. Y cada día se sume entre emociones contradictorias cuando oyes las declaraciones o los anuncios de los recortes en los servicios, y luego ves como ciudades de medio mundo se nos unen a las protestas, París entre otras, que también fue violentamente resuelta, y así van abriendo los ojos los ciudadanos mas dormidos, al ver que tanta gente está de acuerdo y los que están en el poder les golpean por ello. Desde luego da qué pensar.

Todos los cambios dan miedo. Y siempre se pierde algo por el camino. Pero hay que aprender a darse cuenta cuando una situación es insostenible y seguir hacia adelante sin miedo y sin mirar atrás, porque… ya no hay vuelta atrás. No la hay. Ni quiero que la haya. Seguiremos hasta el final cueste lo que cueste.

Salud.

[Imagen con la que me gustaría terminar la entrada]